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17/10/2015

La recta final de Muniain

Al principio llegaron las imágenes a través de Instagram, levantando pesas y fortaleciendo la rodilla maltrecha. Después se le vio correteando por las instalaciones de Lezama, junto a Xabi Clemente, mano derecha y confidente de los futbolistas lesionados. Más tarde comenzó a entrenar parcialmente junto a sus compañeros. Y ahora, es ya uno más en las sesiones. El proceso llega a su epílogo. El final feliz para Iker Muniain ya está cerca. El navarro cuenta los días para volver a saborear las sensaciones de competir en un partido de fútbol, enterradas en la memoria desde aquel fatídico 4 de abril en el que su rodilla izquierda quebró.

¿Cuándo volverá? Esa es la pregunta que se hace toda la afición rojiblanca. No hay una respuesta cierta, pero sí existe la esperanza que lo haga antes de un mes. Al Athletic le esperan seis partidos en tres semanas, antes de que las selecciones vuelvan a parar el fútbol de clubes el 8 de noviembre. Antes de que eso suceda, es probable que Muniain se vuelva a vestir de corto. Tal cual lo dijo Ernesto Valverde ayer, aunque tiró de su prudencia habitual: «No quiero adelantar ninguna fecha, porque no sé con certeza cuándo podrá hacerlo».

En verano, el deseo era que Muniain pudiera reaparecer antes del final de 2015. Era una predicción conservadora, más destinada a no generar ansiedad al chico que a establecer un plazo real de recuperación. Tras la lesión, el navarro dedicó un mes a reforzar la musculatura que rodea la rodilla antes de someterse a cirugía. El 7 de mayo, el prestigioso traumatólogo Mikel Sánchez lideró la operación destinada a reparar el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha de Muniain. A partir de ese día, el abecé médico estima entre seis o siete meses hasta que el jugador pueda volver a competir con garantías. El medio año, plazo mínimo estimado, se cumplirá el 6 de noviembre. Dos días después, el Espanyol visita San Mamés. ¿Será ese el día que Muniain lleva tanto tiempo esperando?

El navarro acumula meses trabajando a destajo para volver a los terrenos de juego y para hacerlo, además, a un nivel similar al que exhibió durante sus últimas semanas sano. Valverde le redescubrió para la mediapunta y desde ahí desplegó todo el fútbol que llevaba dentro. En los últimos entrenamientos se le ve con intensidad y, sobre todo, muchas ganas. Lo ha pasado mal, claro está, aunque cuentan que no tanto como otros jugadores en su lugar. «Desde el primer día asumió que esta lesión era parte de su trabajo y que no podía deprimirse», explican en su entorno. Su hija, que nació semanas antes de que se produjera la lesión, le ha ayudado durante este tiempo para mantener la felicidad.

Aunque todo va sobre ruedas, Valverde advierte de que no todo el trabajo está hecho. «Sé que ahora es cuando empiezan los problemas musculares de adaptación a los entrenamientos y a los partidos. La semana pasada ya tuvo problemas en el abductor, otro día será en el tendón, otro en el cuádriceps... Porque es lo que suele pasar. Lo que no queremos es que tenga otro contratiempo, como una rotura que alargue un mes más su recuperación. Hay que andar con cuidado», explicaba ayer el técnico. Tras este tipo de lesiones, el jugador tiende de forma inconsciente a proteger la rodilla, cargando el peso en otras partes del cuerpo, lo que puede provocar los problemas musculares a los que se refería Txingurri.

De lo que no tiene dudas el técnico es de que, al margen del estado de su rodilla, Muniain no regresará en mal estado físico. No ha hecho una pretemporada al uso, pero apenas ha abandonado el entrenamiento en Lezama desde que se lesionó. La compañía de su gran amigo Jonas Ramalho -al que todavía le quedan unas semanas más para poder jugar- le ha permitido sobrellevar mejor toda la recuperación. También el apoyo desde la distancia de sus amigos Thiago o Javi Martínez, que sufrieron la misma lesión, le ha impulsado. Ahora, todo está en su mano. Y en su rodilla izquierda.